Sugerencia de la policía
Rachel, aún conmocionada por la situación, se volvió hacia el director, preguntando con voz insegura: “¿Llamamos a la policía?”. Pero él, con una sonrisa gélida y una calma espeluznante, respondió sin inmutarse, enderezándose la corbata. “No hace falta”, dijo con aire de superioridad. Las cejas de Rachel se alzaron con sorpresa y preocupación. “Pero, señor Davis, el despacho…”, empezó, pero la interrumpió un gesto brusco de la mano del director. “Todo está bajo control, Rachel. No hay necesidad de involucrar a las autoridades”, le dijo en un tono extrañamente tranquilo, como si la situación tuviera poca importancia.

Aviso a la policía
Pruebas de una pelea
Con un movimiento rápido y decidido, el director se abrochó la camisa, señal inequívoca de que acababa de ocurrir algo físico. Sus manos se movieron con precisión práctica, abrochando cada botón con facilidad. Rachel, incapaz de ocultar su asombro, le observó con creciente confusión. “Sr. Davis, ¿seguro que está bien?”, preguntó con voz insegura, intentando interpretar la situación. Él, sin dar muestras de incomodidad, asintió bruscamente, terminando de ajustarse la camisa y alisándose la corbata con indiferencia. “Más que eso -contestó, riendo inquieto, como si no pasara nada-.

Pruebas de lucha