¿Por qué siempre la mandan a casa? Su madre descubre la verdad.

PUBLICADO EN 01/24/2025
Publicidad

La sonrisa de Hannah

Hannah sonrió, una sonrisa que ocultaba una inquietante intensidad, cuando el director se acercó. Con un gesto suave, se limpió una mancha de carmín del cuello, pero su aparente calma parecía más una máscara que una calma real, como si eso fuera exactamente lo que estaba buscando. “Señor Davis”, dijo con voz suave, rozándole el cuello con una extraña familiaridad. Él la miró fijamente, encontrándose con su mirada con una intensidad que sólo transmitía determinación. “Esto tiene que acabar ahora -siseó, con un tono bajo pero firme, una orden que no admitía objeciones. Hannah asintió levemente, con la sonrisa inquebrantable, manteniendo aquella calma glacial que parecía querer ocultar algo más que eso.

Il Sorriso Di Hannah

La sonrisa de Hannah

Publicidad

Abrir la puerta

El director cogió una llave de repuesto y, con un rápido movimiento, abrió la puerta del cuarto de baño. El sonido del chasquido de la cerradura resonó en el aire mientras anunciaba con voz tranquila y tranquilizadora: “Lena, vamos a entrar”. Hannah se acercó a él, con los ojos fijos en la puerta y una expresión que delataba preocupación disfrazada de serenidad. Cuando la puerta se abrió, se encontraron frente a Lena, acurrucada en un rincón, con el rostro surcado de lágrimas y los ojos hinchados de llorar. “Ven, cariño”, dijo Hannah, con voz suave como un susurro, entrando en el cuarto de baño. Lena levantó la mirada, pero su rostro estaba marcado por una evidente desconfianza, como si ni siquiera pudiera confiar en su madre en aquel momento.

Aprire La Porta

Abrir la puerta

Publicidad